A veces ella pensaba que lo que había aprendido servía
sólo para guardárselo en la cartera,
en su bolsillo o en la bolsa del pan.
A veces ella pensaba que las estrellitas
eran muy pequeñas y lejanas para poder alcanzarlas,
aún cuando juntara todas las escaleras del Orbe.
A veces ella creía que sus proyectos
sólo iban a servir para alimentar el viento
y que con la velocidad de éste, se iban a escapar.
También ella pensaba que para subir las montañas
sólo se debía caminar mirando hacia las cumbres,
sin mirar a quienes caminan a su lado.
Ella miraba su gran corazón y pensaba que, tal vez,
ocupaba un espacio demasiado grande
a la hora de tomar decisiones.
Ella pensaba que sus manos eran poderosas
porque hacían crecer las plantas del jardín, hacían mermelada,
acariciaban con pasión y hojeaban libros maravillosos.
Un día atrapó una de las tantas ideas que con el viento solía
escaparse.
Lo pensó bien y se dio cuenta que las montañas también se
pueden subir de la mano de otros.
Miró de reojo las estrellas y ya no
le parecieron tan altas.
Con sus manos maravillosas tocó su corazón
y le pareció que su dimensión generosa era un bulto fácil de cargar.
Sólo sonrió con convicción y con la certeza que siempre tuvo guardada
y dijo: "las cosas van a cambiar, claro que las cosa van a cambiar".
sólo para guardárselo en la cartera,
en su bolsillo o en la bolsa del pan.
A veces ella pensaba que las estrellitas
eran muy pequeñas y lejanas para poder alcanzarlas,
aún cuando juntara todas las escaleras del Orbe.
A veces ella creía que sus proyectos
sólo iban a servir para alimentar el viento
y que con la velocidad de éste, se iban a escapar.
También ella pensaba que para subir las montañas
sólo se debía caminar mirando hacia las cumbres,
sin mirar a quienes caminan a su lado.
Ella miraba su gran corazón y pensaba que, tal vez,
ocupaba un espacio demasiado grande
a la hora de tomar decisiones.
Ella pensaba que sus manos eran poderosas
porque hacían crecer las plantas del jardín, hacían mermelada,
acariciaban con pasión y hojeaban libros maravillosos.
Un día atrapó una de las tantas ideas que con el viento solía
escaparse.
Lo pensó bien y se dio cuenta que las montañas también se
pueden subir de la mano de otros.
Miró de reojo las estrellas y ya no
le parecieron tan altas.
Con sus manos maravillosas tocó su corazón
y le pareció que su dimensión generosa era un bulto fácil de cargar.
Sólo sonrió con convicción y con la certeza que siempre tuvo guardada
y dijo: "las cosas van a cambiar, claro que las cosa van a cambiar".
3 comentarios:
Él miraba.
que buena la frase:
"Lo pensó bien y se dio cuenta que las montañas también se pueden subir de la mano de otro"
Me inspiraste para una charla de liderazgo para una team de empresa que tengo que hacer este fin de semana. Vamos a realizar unos juegos colaborativos con ejercicio de cuerdas y tu frase y texto calza justo.
¿Eres la misma Érika que es funcionaria pública y raya con la tecnología? Sí fuese así saludos, te he visto en un par de seminarios y estas en lo correcto. Sino no importa, Ja.
Saludos,
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